Celebramos el Día Internacional de la Educación

Entrevistamos a María Pérez, docente y coordinadora del Diploma de Bachillerato Internacional

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como Día Internacional de la Educación, para conmemorar el papel de la educación en la paz y el desarrollo. La educación transforma vidas y rompe el ciclo de pobreza que atrapa a muchos niños.

María Pérez es docente desde hace 25 años y actualmente es coordinadora del Diploma de Bachillerato Internacional en un colegio de Valencia (España).

¿Por qué te hiciste profesora?

Siempre me ha encantado explicar las cosas y soy curiosa por naturaleza, también recuerdo haber interpretado el papel de profesora en el colegio como alguien estricto y distante… «Señora Pérez», con un moño apretado y tiza en el pelo… Pensaba para mis adentros… «Esto puede hacerse de otra manera». También debo agradecérselo a todos los maravillosos profesores que he encontrado a lo largo del camino: Ms Kerr, el Sr Sanz y muchos otros. Y, hoy en día, son los estudiantes los que me hacen seguir adelante… todos esos ojos llenos de luz y curiosidad mirando fijamente, listos para asimilar conocimientos y valores… es deslumbrante… puedes ver cómo florecen.

¿Crees que la educación puede marcar la diferencia?

En efecto. Es el peldaño más fuerte de la escalera que hará que cualquier persona, sin importar de dónde venga, tenga la oportunidad de vivir una vida plena y significativa.

¿Crees que las instituciones, ONG, organizaciones benéficas y empresas deberían preocuparse e invertir en educación?

Educación y oportunidad son sinónimos y las instituciones dedicadas a promover la primera seguramente serán bastiones de la segunda. Hoy en día no basta con tener un negocio o un trabajo, la vida necesita un sentido, un propósito, los japoneses lo llaman ‘ikigai’. Es crucial para la felicidad. Las personas, las empresas y las instituciones necesitan ser ‘MÁS’ y la educación, invertir en ella o dedicarle tiempo, es uno de los mejores ‘MÁS’ posibles. 

Teniendo en cuenta su experiencia como docente tanto en colegios públicos como privados, ¿por qué cree que la educación es tan importante? 

Puede hacerte volar y alcanzar los objetivos que te propongas, y también puede ayudarte a ser más compasivo. El crecimiento y la compasión no son antagónicos y enseñar eso en las escuelas de los barrios más pobres o más ricos es clave para que la educación marque la diferencia y sea importante. 

¿El deporte también juega un papel en la educación?

Sí, así lo creo. Deberían ir de la mano. En la escuela jugué voleibol y baloncesto y más tarde en la universidad estuve en el equipo de fútbol ‘Drosophila melanogaster’. El deporte enseña estrategia, disciplina, compromiso y trabajo en equipo. También te ayuda a liberar estrés, te mantiene saludable y despeja tu mente… ¡¡¡además es divertido!!! La combinación de ambos es fundamental. 

Una reflexión final

Siempre uso esta frase de Maya Angelou con mis alumnos: «Hazlo lo mejor que puedas hasta que sepas hacerlo mejor, y luego, cuando sepas hacerlo mejor, hazlo mejor».